Durante muchos años ha existido la creencia de que comer grasas era perjudicial para nuestra salud. Es verdad que algunas nos hacen daño mientras que otras son de vital importancia parara mantener una salud óptima.

En los últimos años las investigaciones científicas han dado un paso hacia adelante para promover y explicar la visión saludable de las grasas alimenticias.

Como os hemos explicado en muchas ocasiones, nuestro cuerpo utiliza como combustible las  grasas y los carbohidratos, pero de ninguna manera son iguales. Cuando nuestro cuerpo utiliza la glucosa como combustible habitual lo que genera es que nuestro cuerpo no tenga la capacidad de quemar grasa corporal ya que le cuesta menos esfuerzo. Con la ingesta omnipresente de los carbohidratos en nuestra dieta, el hígado regula de forma descendente todo el proceso de quemar grasa, ya que no le resulta necesario. Por lo que si no llevamos una dieta correcta, nuestro cuerpo reduce notablemente la capacidad de quemar grasa corporal. Parte de la solución consiste en ingerir grasas saludables y, por supuesto limitar al máximo el consumo de carbohidratos netos. Nuestro cuerpo prefiere utilizar la grasa como combustible en lugar de los carbohidratos ya que esta es quemada de una forma más limpia y eficiente.

Para quemar eficazmente grasa corporal es posible que necesitemos que entre el 50% y el 85% de las calorías diarias provengan de grasas monosaturadas y saturadas beneficiosas.

Algunas de estas grasas son:

  • Aceite de oliva y aceitunas. El aceite debe de ser Virgen extra ya que algunos aceites son adulterados con aceites de origen vegetal. Mejor utilizarlo en frio.
  • Aceite de coco. Muy saludable para cocinar ya que tolera mejor las altas temperaturas antes de oxidarse.
  • Mantequilla elaborada con leche orgánica de animales de pastura.
  • Frutos secos crudos, especialmente las nueces pecanas y las nueces de macadamia.
  • Semillas como comino, sésamo, de calabaza…
  • Aguacates
  • Carne de animales que comen pastura
  • Manteca para cocinar
  • Yemas de huevo de gallinas que comen semillas, en libertad.
  • Grasas Omega-3 de origen animal como pescado azul de tamaño pequeño como las sardinas y las anchoas, el aceite de Kril…

Añadir a todo ello un ayuno intermitente ayuda a que el hígado se quede sin glucógeno y empiece a sustituirlo por el que hay almacenado en las células grasas.
Grasas que hay que evitar:

  • Grasas insaturadas.
  • Aceites poliinsaturados refinados como los de cacahuete,maíz, soja… ya que al calentarse producen productos tóxicos, prejudiciales para nuestra salud.

En resumen,
La evidencia científica nos asegura que añadir a nuestra dieta una alta cantidad de grasas saludables y reducir al máximo los carbohidratos netos no sólo hace eliminar el exceso de grasa corporal si no que mejora el metabolismo, aumenta los niveles de energía, disminuye la inflamación, nos premia con una buena salud y, en definitiva, nos alarga la vida.

Institut Mèdic Estètic Dr. Nieto