Lo que conseguimos con un peeling es pelar, descamar, exfoliar las capas superficiales, medias o profundas según sean los resultados que deseemos obtener.

Normalmente, la piel de la cara se va renovando de forma continua pero, con el paso de los años, este recambio celular, se va haciendo cada vez más lento.

Los peelings además de mejorar el aspecto de nuestra piel desde el punto de vista estético, aportando luminosidad, hidratación, unificación del tono, eliminación de pequeñas arrugas…, tienen un papel importante en la prevención del cáncer de piel.

Nuestra piel, a causa de la exposición a los rayos ultravioletas, se ve sometida constantemente a pequeñas mutaciones que pueden llegar a desarrollar esta enfermedad. Existe una proteína que tiene un papel sumamente protector para evitar el desarrollo de un cáncer de piel, por esto cuando por diferentes causas falla dicha proteína, existe la posibilidad de que se desarrollen ciertos tipos de cáncer de piel. De ahí la importancia de realizar peelings de forma periódica, sobre todo después de haber sufrido una exposición prolongada a los rayos UV.

Es un tratamiento no invasivo, bien tolerado y sin apenas efectos secundarios, pero deben ser realizados por un profesional experto, ya que cada tipo de piel y cada patología necesitan un peeling en particular. Se deben repetir cada 1-2 meses, evitando la época de verano, ya que cualquier irritación que produzcamos en la piel puede dejar una mancha si se expone al sol posteriormente. Los resultados obtenidos son progresivos y en algunos casos la aplicación se debe hacer más frecuentemente.

Es a partir de ahora que empieza la mejor época para poder trabajar con este tipo de tratamientos ya que la exposición al sol se minimiza considerablemente, sin olvidar que estos tratamientos igualmente requieren de protectores solares durante todo el año. Para optimizar los resultados es importante llevar un tratamiento de mantenimiento cosmético domiciliario adecuado.

Institut Mèdic Estètic Dr. Nieto, Vilanova i la Geltrú