Cuando una mujer se acerca a los 50 años, unas antes y otras después, el reloj biológico que controla el ciclo menstrual empieza a alterarse por las disminuciones hormonales fisiológicas propias de la edad. Todos conocemos mujeres cercanas, nuestras propias madres en muchas ocasiones, que llegada esta edad, empiezan a ganar peso haciendo el mismo tipo de vida y dicho peso se va acumulando en forma de grasa en la zona abdominal.
Dicha grasa abdominal, no solo está presente desde el punto de vista estético, sino que también lo hace a nivel visceral, es decir interno, siendo esta grasa la que predispone a padecer enfermedades de las llamadas crónicas y que predisponen a padecer en los años venideros la diabetes, la hipertensión arterial y el colesterol aumentado.
Así mismo, las propias alteraciones hormonales que presentan justifican una actuación, siempre dentro de la medicina más natural posible, de la mejora de los sofocos, la sequedad de piel y mucosas, su carga ósea, etc. en definitiva del bienestar y la calidad de vida de ese ciclo de edad.
Es aquí donde las recomendaciones nutricionales son fundamentales para mejorar el pronóstico del bienestar a lo largo de los años venideros.
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